Una pareja sumida en el dolor (Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg) se retira a una cabaña perdida en medio del bosque, llamada Edén, con la esperanza de que el contacto con la naturaleza cure sus corazones rotos y su tambaleante matrimonio. Pero la naturaleza sigue su curso y las cosas empiezan a ir de mal en peor.
Se abre el grifo de la lujuria para dar paso a la muerte. Todo parece idílico y perfecto, pero el destino recorre sendas tenebrosas. El pecado original junto al azar puede dar paso a la tragedia.
La escena es la clara representación del ocaso de la felicidad. De la culpa y el placer. Del dolor y la condena. De la injustícia y el sufrimiento. Sin obviar la importancia de las figuras de los tres mendigos sobre el escritorio y sus respectivos destinos (uno es indiferente ante la pérdida, el otro se autodevora y el último se descubre una y otra vez).
Ella (Charlotte Gainsbourg) extirpa la propia naturaleza de su semilla, del presente y del futuro, prescindiendo de su función vital y entregándose a un mundo donde la autodestrucción, la pérdida y la revelación parecen ser el sentido de una vida (o antivida) sin lugar para la redención.
Dentro del irregular film de Lars Von Trier “Anticristo“, nos encontramos con esta pequeña obra maestra que es el prólogo, el cual marca un equilibrio perfecto entre lenguaje visual y sensitivo. Una escena que dura apenas 5 minutos, y ya contiene mucho más cine que el resto del film.
Imágenes tremendamente poderosas que rezuman poesía cinematográfica, con un estilización y un uso de la cámara lenta impecable que unido al adecuado corte musical de Händel elevan la escena a algo casi metafísico, siendo una de las más estremecedoras de los últimos años.
Os dejo con la memorable secuencia (sin lugar a dudas lo mejor de la película):
Un saludo Javier! La verdad que no conocía tu blog, pero sin duda indagaré en él. Veo que tienes un largo listado de películas. Además por lo visto tenemos varias cosas en común, nacidos en los 80, amantes del cine, e informáticos. Te enlazaré en mi blog. Un saludo!
Hola Nacho
Hombre cuantas cosas en común jeje,gracias por enlazarme, hago lo propio.
Espero que con el tiempo la lista de pelis se incremente 🙂
un saludo!
Impecable escena…magnífica, de una película incomoda pero más que digna
Si, una escena magnífica, con además bastantes simbolismos: los tres mendigos, la lavadora (que pasa del negro al blanco), cuando cae el niño con un juego de ángulo entre padre y madre y sobre todo esa mirada final de Charlotte Gainsbourg con más relax que preocupación. La peli puede parecer en algunos momentos algo misógena, aunque eso está en la interpretación que le dé cada uno.
Un saludo