Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon (Bryan Cranston), su jefe, que conoce bien su talento al volante, le busca directores de cine y televisión o criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver cambia el día en que conoce a Irene (Carey Mulligan), una guapa vecina que tiene un hijo pequeño y a su marido en la cárcel.
Os dejo con el formidable arranque de “Drive”, que destaca en todos y cada uno de los aspectos imaginables: Una presentación exquisita del hierático conductor protagonista; una estupenda fotografía nocturna que combina tonos ocres con verdosos; la ausencia casi absoluta de diálogos (Gosling, fuera de la voz en off inicial, no pronuncia ni una sola palabra en 12 minutos, a lo Alain Delon en “Le samurouraï” o los justicieros de Charles Bronson) potenciando así un trabajado uso del sonido (esos efectos circulares del helicóptero con las sirenas de la policía por los canales traseros) y de la música (in crescendo hasta explotar justo en el momento en que Gosling sube al Impala plateado y luego -ya con el famoso tema de Kavinsky- de forma sincronizada con los títulos de crédito).
Este neo-noir catapultó a la fama a Refn (que ya venía demostrando su calidad en films como “Bronson” o “Valhalla rising”) y a Ryan Gosling de forma totalmente merecida. Años después repetirían en la brillante, infravalorada y estéticamente insuperable “Solo dios perdona”. Un personaje misterioso que emerge de entre las sombras, una chupa ultra cool, trepidantes huídas marcadas por la tensión y los silencios, el arte de conducir transformado en religión y unos temas electro-pop de chapeau. Todo eso encontraréis en este prólogo. En HD 1080p y VOSE, como siempre.