Uno de los directores más transgresores y traviesos del panorama europeo, Lars Von Trier, se ha pasado tres pueblos en sus últimas declaraciones tras el pase de “Melancholia” (¿otra obra profundamente deprimente y con cierto deje misógeno?) en el festival de Cannes.
Siempre asociado a la polémica y al escándalo, el cineasta danés últimamente propenso a la depresión (recordemos el retraso que sufrió su anterior film), ha ido más allá manifestando barbaridades como “Durante mucho tiempo pensé que yo era judío y estaba muy contento de serlo. Pero resultó que no era judío y descubrí que realmente era nazi porque mi familia era alemana. Eso también me produjo algo de placer, así que… ¿qué puedo decir?. Entiendo a Hitler. Pero creo que hizo cosas malas, claro, aunque puedo verle en su búnker. Y he llegado a un punto… creo que entiendo al hombre. No diría que es bueno, pero le comprendo mucho y empatizo. Pero vamos, no estoy a favor de la Segunda Guerra Mundial y no estoy en contra de los judíos, ni siquiera de Susanne Bier; era una broma. Estoy a favor de los judíos, pero no demasiado, porque Israel es como un grano en el culo“.
Ante semejantes paridas, la actriz del film, Kirsten Dunst, se llevó la mano a la cabeza y le susurró algo al cineasta intentando arreglar la situación. El moderador también trató de ayudarle a salir de tal berenjenal pero debido a la indignación generada y al aluvión de preguntas, Von Trier terminó añadiendo el desafortunado comentario “Vale, soy un nazi“.
Era de esperar que el festival de Cannes se pronunciase ante este nuevo y esperpéntico espectáculo a cargo de Von Trier. La película (de la cual hablan maravillas por cierto) parece que continuará en competición por la Palma de oro, pero el director danés ha sido declarado como persona non grata con efecto inmediato. Por tanto, a uno de los niños mimados de Cannes, se le puede haber haber acabado eso de mostrar sus films en el festival más importante y lujoso del mundo. La ruptura entre Cannes y Von Trier es un hecho y eso que hasta ahora parecía un binomio indisociable. La organización ha expresado su profundo pesar por haber sido usada por Von Trier para “expresar unos comentarios que son inaceptables, intolerables y contrarios a los ideales de humanidad y generosidad que presiden esta cita“.
Y es que este enfant terrible del cine debería aprender a pensar antes de hablar pues hay cosas que no se pueden ni se deben decir en público. La provocación no es aceptable en un certamen de esta categoría, por mucha inmunidad o potestad como autor que crea que tiene Von Trier. Y es que de la boca de este señor ya han salido demasiadas perlas.