El día 22 de este mes, falleció mi querida Jean Simmons, unión de belleza y talento, otra estrella del hollywood clásico que nos abandona, pero cuyo recuerdo perdurará entre los cinéfilos. Una actriz capaz de combinar personajes que inspiraban inocencia y bondad con otros fríos y calculadores.
Nos quedará para el recuerdo su trabajo en films como “Espartaco” (1960) de Stanley Kubrick, “Narciso negro” (1947) de Michael Powell & Emeric Pressburger, “Hamlet” (1948) de sir Laurence Olivier, “Cara de ángel” (1952) de Otto Preminger, “Grandes esperanzas” (1946) de David Lean, “Horizontes de grandeza” (1958) de William Wyler, “Extraño suceso” (1950) de Antony Darnborough & Terence Fisher, “Ellos y Ellas” (1955) de
Joseph L. Mankiewicz, “Con los ojos cerrados” (1969) de Richard Brooks o “Desireé” (1954) de Henry Koster.
Nos quedan sus melodramas románticos, sus películas de suspense, sus westerns, sus películas históricas, su rostro angelical. Descanse en paz.