“Los obreros ganan lo suficiente para poder recuperar su fuerza para trabajar” (Karl Marx)
El cineasta Andrzej Wajda, perteneciente a la generación dorada del cine polaco con nombres como Jerzy Kawalerowicz, Andrzej Munk e interconectado con cineastas algo más clásicos como Aleksander Ford o ya posteriores como Roman Polanski o Krzysztof Kieslowski, inició su andadura en el cine con esta obra de innegable factura que se erige como la primera parte de una trilogía bélica personal.
Tras una serie de cortometrajes y su labor de ayudante de dirección de Aleksander Ford en obras como “El joven Chopin” (1952) o “Los cinco de la calle Barska (1954)”, Wajda dio el salto al cine como realizador con “Generación” (1954), un film enmarcado en plena segunda guerra mundial en una Polonia ocupada por los nazis, en donde se nos narra la historia de Sach (Tadeusz Lomnicki), un joven que se dedica al mercado negro, el cual, un día mientras intentan robar carbón de los trenes alemanes (algo que a los jovenes rebeldes les hacía sentir patriotas y de alguna forma victoriosos), ve morir asesinado a uno de sus compañeros. El acto le marca y dentro de él nace la urgencia de actuar ante la evidente injustícia social y obrera de su país. Decide entonces cambiar de vida, comienza a trabajar en una fábrica, donde descubre la grave explotación de los obreros. Posteriormente, conoce a una muchacha que inicia a él y al resto de trabajadores a luchar contra los invasores nazis, a formar parte de una resistencia (ingresando en una clandestina organización comunista y apoyando la rebelión de toda una generación) y que mantendrá con él una relación de amor que a la postre será imposible por su entorno. No hay felicidad sin libertad y sin libertad tampoco puede haber amor, el cual está condenado a las terribles circunstancias acaecidas y a sus consecuencias.
La ópera prima de Andrzej Wajda marcó también el debut en el cine de todo un grupo de jóvenes, desde el guionista (el propio Bohdan Czeszko , adaptando su propia novela), el músico Andrzej Markowski, el fotógrafo Jerzy Lipman y hasta un jovencísimo Roman Polanski, que por aquel entonces ya dirigía sus primeros cortometrajes, en su primer papel secundario como actor.
En “Generación” están esbozados los temas y las preocupaciones que el director desarrollará en futuras películas: su visión lírica de los conflictos históricos, su romanticismo desesperado y su heroísmo sin posibilidades de triunfo. Todo esto podrá verse de nuevo en sus posteriores films “Kanal” (1957) o “Cenizas y diamantes” (1958).
El film, en sus títulos de crédito, arranca con un bello y estilizado plano secuencia que recorre todo el pueblo de Budy, un suburbio en las afueras de Varsovia, situando geográficamente la acción del film hasta llegar al protagonista, Sach, el cual juega con sus amigos a un juego con un cuchillo (por supuesto, mucho menos peligroso que el visto en “El cuchillo en el agua“(Roman Polanski, 1962) ), para posteriormente pasar a la vertiginosa secuencia del tren, con un uso del montaje y el travelling realmente eficaz. Wajda mantiene mucho los planos (hay bastante plano secuencia en el film) buscando un verismo en sus imagenes de una forma similar a la de realizadores neorrealistas como Rossellini o De Sica. Pero a diferencia de las cintas puramente neorrealistas, las cuales, tenían una cierta tendencia documental (fotografía naturalista, actores no profesionales, improvisación, etc), en la película de Wajda, quizás nos encontremos con más similitudes al estilo clásico americano del thriller (o cine negro) de la época dorada que al neorrealismo italiano; eso si, coincidiendo en temáticas, contextos, el uso de actores en su mayoria amateurs o debutantes y en ciertas inquietudes sociopolíticas con algunas cintas transalpinas.

Como comentaba anteriormente, el uso del plano secuencia no solo está conseguido sino que en algunos tramos alcanza cotas verdaderamente remarcables. A parte del comentado inicio, tenemos ese memorable plano que, mientras se van pasando un cigarrillo, se nos presenta mediante un plano secuencia giratorio a todos los miembros de la organización comunista clandestina. La economía de los planos y el hecho de reservar el montaje a las escenas más dinámicas o tensas (como la del asesinato del alemán o la antológica secuencia de la persecucón en la escalera de caracol) hacen que en el film exista esa dualidad por un lado de producto de cierta naturaleza neorrealista y por otro del más puro thriller lleno de suspense.
Wajda confesó en una entrevista con Jean-Luc Douin que “tuvo que cortar dos secuencias por las que tenía especial debilidad” y se le reprochó “falta de rigor en la construcción“. Esta mala recepción crítica, en cierta medida, lo desanimó y se dedicó a la pintura. Dos años después y con suficiente ánimo para afrontar, de nuevo, plantarse tras las cámaras, rodó la segunda parte de esta trilogía: “Kanal” (1957), una cinta que recorre sendas parecidas al film en cuestión, incluso superándolo.
La mirada histórica de la cinta es puramente romántica y en ocasiones basada en escritos literarios e incluso en experiencias personales vividas. Es una opción de presentar la trama, tan respetable o más, que la que no se toma ninguna licencia en este sentido.
Cuando las flores parecen haber marchitado, el espíritu combativo resurge. Esa última lágrima de Sach contiene dolor por la pérdida, pero a la vez algo de alegría por saber que todavía hay un pequeño y recóndito lugar para la esperanza. Existe un cierta ambigüedad en el film acerca del concepto de victoria y esperanza.
“Generación” es una obra puramente romántica, lírica y desgarradora sobre una de las etapas históricas más sombrías y lamentables. Inocencias perdidas, romances rotos, libertades coartadas y sin aparentes esperanzas para el futuro, eran algunos de los motivos por que luchaban esos jovenes valientes, que en definitiva, muchos de ellos, se quedaron en héroes anónimos.
Que bueno volver a leer algo de este gran exponente del cine polaco del que hace rato nadie habla ni comenta nada sobre su obra. Precisamente ésta no la vi pero me ha dado curiosidad. Saludos!
Muy interesante tu blog…
Me das muchas ganas de verla!!! No he visto ni esta ni tampoco “Kanal”. Me imagino que este mes me las pillaré en dvd, que ya hay ganas de verlas y más tras leer tu crónica.
A Wajda lo pille en un ciclo de la Filmoteca de Bcn hace años y me tragué (en el buen sentido) varias de sus pelis. Cenizas y diamantes (5), Todo está en venta (2+), Paisaje después de la batalla (3+/4), Las señoritas de Wilko (3), El hombre de hierro (3+/4) y Korczak (4), si no recuerdo mal (creeo que me olvido alguna, estoy en el curro y no puedo consultar mis “apuntes”). Director a revindicar, admirado en las antiguas salas de “arte y ensayo” (y palma de oro en cannes) y hoy un tanto olvidado (quizá sus adaptaciones de literatura polaca tengan la culpa).
Un saludo!
No la he visto. Y realmente que lo que escribiste me dieron ganas de verla.
Bsss. Te espero de visita por mi blog.
Wajda es un excelente director tristemente olvidado. Las que he podido ver de su obra me han parecido excelentes.
Joder sazmann te veo puesto en la materia jeje 😛
Cuando pueda comento las dos restantes de la trilogía.
Un saludo!
[…] Cinefilo Compulsivo. […]