“Lo siento. Sé que a estas alturas significa poco. Pero es la verdad. Lo he intentado. Creo que todos estaréis de acuerdo en que lo he intentado. He intentado ser sincero, ser fuerte, ser bueno, amar, ser honesto. Pero no lo he sido. Y sé que vosotros lo sabíais, cada uno a vuestra manera. Y lo siento. Ahora todo está perdido. Salvo el alma y el cuerpo. Bueno, lo que queda de ellos. Y una ración para medio día. Es imperdonable, de verdad. Ahora me doy cuenta. ¿Cómo he podido tardar tanto en reconocerlo?. No estoy seguro, pero así ha sido. He luchado hasta el final. No sé muy bien de que ha valido, pero quiero que sepáis que lo he hecho. Siempre quise lo mejor para todos vosotros. Os echaré de menos. Lo siento.”
Carta lanzada al mar por el protagonista.
Un día, durante un viaje en solitario a través del Océano Índico, un hombre (Robert Redford) descubre al despertar que el casco de su velero de 12 metros se ha agrietado tras una colisión con un contenedor que flotaba a la deriva. A pesar de las reparaciones, de su experiencia marinera y de una fuerza física que desafía su edad, a duras penas logra sobrevivir a la tormenta. Pero el sol implacable, la amenaza de los tiburones y el agotamiento de sus escasas reservas lo obligan a mirar a la muerte a los ojos.
“Cuando todo está perdido” es un retrato acerca de lo insignificante que puede llegar a ser el ser humano delante de la madre naturaleza en una lucha titánica de un hombre -que recuerda a algunos héroes de las novelas de Hemingway o London- esclavo del tiempo, despojado de todos sus bienes y enfrentado a desafíos de inabarcable magnitud (tanto situaciones reales como conflictos internos derivados de la desesperación e incomunicación absoluta).
Una película tan arriesgada como minimalista, repleta de fisicidad, supervivencia, lucha y sacrificio, con silencios que hablan y duelen, un tempo narrativo extremadamente estudiado y un personaje (ojo al tour de force que se marca Robert Redford, llevando él solito todo el peso del film, en un papel muy contenido evitando siempre la sobreactuación) definido a través de sus acciones, no de la palabra. El maravilloso plano final tan criticado por algunos, yo creo que está abierto a varias lecturas: SPOILER puede ser un rescate real o bien la entrada al reino de los cielos guiado por una haz que ilumina el oscuro fondo azul. FIN SPOILER. Una joya.