Si existe una película infravalorada en la última década, ésa es sin duda “Camino a la perdición” (2002), segundo film de Sam Mendes. No solo fue una injustícia que fuera ninguneada en la edición de los oscar de aquel año, sino que parece que ciertos sectores la tildan de academicista y previsible. Es cierto que quizás no tenga una historia tan intensa como otras cintas noir de antaño pero su exquisitez formal está fuera de toda duda y por encima de la media. Hay quiénes confunden academicismo con perfección formal, hay quiénes no entienden que en ocasiones es más importante el cómo se cuenta que lo que se cuenta y hay quiénes no aceptan una historia de redención que sigue los parámetros del cine más clásico.
“Camino a la perdición“, le pese a quién le pese, es una obra maestra rotunda, no ya por su trama argumental, la cual no es demasiado original, sino por cómo Mendes compone el film. Mendes da una lección de cine en cada plano, sumergiendo a sus personajes en caminos que se cruzarán desembocando en desenlaces fatales. Como en la mayoría de sus films, la fatalidad y la redención cobran una gran importancia.
La elegancia de los planos y un sabio montaje (ver la magistral escena en que van sacando dinero de Capone de los bancos) hacen de ésta una película-orgasmo para todo buen cinéfilo. La presentación del personaje de Tom Hanks, el asesinato visto desde los ojos de un niño, la visita de Hanks al moroso en un momento puramente deudor del western, Michael Sullivan (Hanks) llegando a la casa después de que gran parte de su familia haya sido asesinada (cine mudo en estado puro, en donde las miradas hablan por si solas), el encuentro Hanks-Law en el restaurante de carretera, la muerte de Tom Hanks (una escena que recuerda a la que destacaba hace unos meses de “Revolutionary Road“, acabando con un plano con un encuadre y una composición cercano a lo pictórico) o la escena de la muerte de Newman, son algunos de las momentos cumbres que esconde esta joya del cine.
Un film de gran fuerza visual (muchas escenas podrían pasar perfectamente como cine mudo) con una fotografía magistral de Conrad L. Hall y un acabado formal de primera.
Quizás la escena que reúne mayor cantidad de aciertos a nivel formal es la que os adjunto a continuación. Primero vemos a Michael Sullivan (Hanks) preparándose para una noche de venganza, dejando una nota a su hijo por si no vuelve. Algo violento se acontece por los planos contrapicados al personaje de Hanks. A continuación tenemos el momento en que Sullivan asesina a todos los compañeros de John Rooney (Newman), para posteriormente entre lágrimas acabar con éste. Mendes rueda ese plano giratorio – momento mudo, otorgando absoluta importancia a la imagen y a la partitura de Newman- teniendo como referencia al personaje de Newman y acabando en éste. Newman es el radio de la media circunferencia que describe la cámara. No se oyen los disparos cuando Sullivan mata a los demás, sólo se oye el atronador sonido de la tragedia: Sullivan asesinando a lo más parecido a un padre que tuvo.
Tras esa catarsis sangrienta bajo la lluvia, Sullivan se irá a por Connor Rooney (Daniel Craig), autor material del asesinato de su família. Mendes nos brinda un plano secuencia memorable, empezando desde arriba hasta encuadrar centralmente al personaje de Hanks, para luego -sin traicionar a su espectacular plano- mostrar a Connor Ronney asesinado desde el reflejo de una de las puertas. Uno de los mejores planos que un servidor haya visto en los últimos años. Simplemente orgásmico.
Sin más, os dejo con la escena:
Gracias por poner “Camino a la perdición” dónde se merece. Yo tampoco entiendo esa corriente que intenta menospreciarla, me parece una película muy buena, no llega a la calidad del cine negro de los 40-50 pero nadie exige eso.
¡Gracias por la escena!
El juego de miradas es magistral, sobre todo en la escena previa que usted relata, cuando ambos asesinos se encuentran en el bar de carretera, en la que Hanks mira a su hijo con un rostro de desolación que te conmueve especialmente.
Lo sabes desde que me conoces, es una de mis películas favoritas. Infravalorada en su momento, posee una perfección que ya quisieran para sí otras muchas laureadas.
Una Obra Maestra.
Saludos !!!
Hola,
Gelen: Lo cierto es que es un enorme película, cuyos posteriores revisionados no hacen más que confirmarlo. Formalmente perfecta. Si nos ponemos a compararla (narrativamente) con clásicos noir como “Retorno al pasado”, “Laura” o “Perdición” pues quizás salga perdiendo, pero ello no quita que sea asombroso como Mendes aborda esta historia de venganza.
Pepe: La peli está llena de escenas a destacar. La del encuentro entre Hanks y Law en el bar de carretera, es puro cine. Asombrosa fuerza visual y diálogos memorables. Mendes es un gran cineasta de la imagen.
Ramón: Cuánto hemos hablado de ella! uff cantidad de veces, es magnífica, y sé cuánto te gusta y te entusiasma. Revisionándola años después sigue manteniendo su fuerza visual y sigue dejándonos boquiabiertos con su elegancia y su perfección formal. Totalmente de acuerdo, a muchas pelis actuales ganadoras del oscar incluso, ya les gustaría tener la mitad de cine que tiene la cinta de Mendes.
Obra maestra!
Saludos
Una película muy elegante….y los actores excelentes
Una de esas películas en la que es más importante el cómo que el qué. Formalmente inmejorable.
Saludos