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Escenas: “Umberto D” (1952)

umb_dOs adjunto una escena mítica de una de las cumbres del neorrealismo italiano: “Umberto D” de Vittorio De Sica. Nunca antes se había mostrado así el desconcierto de un anciano (espléndido Carlo Battisti) hacia un futuro incierto y a una vida sin sentido. Pocas veces un film ha reflejado de forma tan precisa la tremenda tristeza y soledad de un ser, sin sentimentalismo alguno.

Pero con esta escena final, De Sica abría una puerta a la esperanza y expresaba en imágenes que sí es posible sobrevivir, a pesar de las cuantiosas dificultades.

Dudaba entre adjuntar la escena final (que es por la que me he decantado) u otra escena no menos destacable en la que Umberto se propone ponerse a pedir liasmona en la calle, pero su orgullo personal y la vergüenza se lo impiden, usando finalmente a su perro Flicke para que se exponga por él, en una escena que expresa a la perfección la impotencia que sufre el protagonista ante tal extrema situación.

El final de “Umberto D” posee un inabarcable poderío visual, supone algo así como una segunda oportunidad para el anciano, una forma de regresar y ver la vida de otra manera: la optimista. Un personaje que refleja perfectamente la situación del país en la época y un final (lleno de optimismo y felicidad, con esos niños jugando a fútbol en el parque) que pretende ser positivo y a la vez tener cierta confianza por una Italia mejor tras la posguerra. Con ese final De Sica nos pretende decir que el progreso italiano tarde o temprano sería un hecho, y la posguerra quedaría definitivamente atrás.

Uno de los films más bellos e imprescindibles de De Sica. Os dejo con la escena:

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Xavi Darko

Hastiado de los klingons y trolls que proliferaban en mi escuela secundaria, acabé mudándome a Tatooine, un lugar libre de trekkies en donde a pesar de los cansinos Tusken, abundaba el buen tiempo, el mercadeo y las carreras de vainas. La paz y la tranquilidad reinaban hasta que un buen día quedaron quebrantadas por la irrupción de un tipo peculiar cuyo perfil se ajustaba al de los tifosi radicales del AC Milan. Se hacía llamar Darth Maul y entre hostia y hostia me rebeló que era mi padre. Como buen desertor sith, decidí migrar a un planeta verde y fértil llamado Endor del cual fui posteriormente desterrado debido al incendio masivo de cabañas de unos cada día más insoportables ewoks. Sin ganas de más mamoneo intergaláctico, decidí volver al mundo real y escribir sobre cine, tanto del que adoro como del que aborrezco. Cuando me jubile espero vivir en Hill Valley y escribir críticas positivas de las cintas de Uwe Boll.

2 Comentarios

  1. Grandiosa y maravillosa peli de De Sica. Un placer recordarla.

  2. jeje si, una pelis del neorrealismo que me gusta más. De Sica fue uno de los más grandes, aunque la última etapa de su carrera (tras “Matrimonio a la italiana”) fuera más irregular y menor en comparación con títulos como “El limpiabotas”, “Ladrón de bicicletas”, “Milagro en Milán” o la muy a reinvidicar “Estación termini” (en su director’s cut … lógicamente).

    Un saludo

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