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Créditos: “Superman” (1978)

El primer proyecto cinematográfico importante para la compañía R/Greenberg Associates (“Alien”, “Los intocables”, etc..) fue el teaser y la escena de créditos inicial de “Superman” (Richard Donner,1978). Una secuencia memorable e icónica dentro de la historia del cine que requirió de una buena cantidad de ingenio a la hora de desarrollar una tecnología específica para permitir que las letras se movieran de esa manera a través del espacio, consiguiendo una especie de efecto tridimensional que sorprende incluso hoy en día.

Todo lo que se hacía hasta mediados de los 80 era pre-digital. La técnica slit-scan es un proceso fotográfico y cinematográfico donde se inserta una diapositiva móvil (en la que una ranura ha sido reducida) entre la cámara y el sujeto a fotografiar. Desde R/Greenberg Associates creían que lo habían inventado ellos como solución necesaria para poder realizar unos créditos tan elaborados como los de “Superman”, sin embargo tiempo después descubrieron que Bob Abel, un competidor en la materia, ya lo había implantado en la epopeya espacial de Kubrick “2001: Una odisea del espacio”. En una entrevista reciente, Robert Greenberg afirmó que adaptar esos títulos de crédito para el formato Cinemascope (anamórfico) fue una auténtica pesadilla a nivel óptico. Horas y horas de interminable trabajo para que todo quedase perfecto.

Como anécdota decir que Marlon Brando (Jor-El) se aseguró encabezar los títulos de crédito por contrato ya que no aceptaría ese rol secundario dentro de la trama (padre del superhéroe) si no era presentado como la verdadera estrella del film. Christopher Reeve curiosamente es el ¡tercer! nombre que figura tras Gene Hackman (Lex Luthor) y el citado Brando.

Espero que disfrutéis de este magnífico trabajo a cargo de la empresa especializada R/Greenberg Associates y de la inolvidable banda sonora de John Williams. Una escena que consigue meter al espectador en el bolsillo desde el minuto 1 a base de espectacularidad.

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Xavi Darko

Hastiado de los klingons y trolls que proliferaban en mi escuela secundaria, acabé mudándome a Tatooine, un lugar libre de trekkies en donde a pesar de los cansinos Tusken, abundaba el buen tiempo, el mercadeo y las carreras de vainas. La paz y la tranquilidad reinaban hasta que un buen día quedaron quebrantadas por la irrupción de un tipo peculiar cuyo perfil se ajustaba al de los tifosi radicales del AC Milan. Se hacía llamar Darth Maul y entre hostia y hostia me rebeló que era mi padre. Como buen desertor sith, decidí migrar a un planeta verde y fértil llamado Endor del cual fui posteriormente desterrado debido al incendio masivo de cabañas de unos cada día más insoportables ewoks. Sin ganas de más mamoneo intergaláctico, decidí volver al mundo real y escribir sobre cine, tanto del que adoro como del que aborrezco. Cuando me jubile espero vivir en Hill Valley y escribir críticas positivas de las cintas de Uwe Boll.

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