Como todos sabréis ya llega la noche de los Goya, los premios de la Academia del cine español. Sin la crispación del año anterior entre la ex-ministra González Sinde y el por aquel entonces presidente de la Academia Álex De La Iglesia pero una vez más con la presencia del colectivo Anonymous, que asistirá para protestar por la severidad de la polémica ley antidescargas, en esta edición se prevé otra de esas galas terroríficamente lentas (termina sobre la una de la madrugada), más empalagosas que un chicle caducado y que podría regalar niveles de aburrimiento superiores al visionado de una cinta de Antonioni bajo los efectos de la resaca. Para colmo será presentada por la cansina Eva Hache, una humorista que nunca le ha dicho gran cosa a un servidor y que tendrá que controlar su habitual velocidad al hablar si no quiere aturdir de información/minuto a los asistentes. ¿Por qué el año que viene no la presenta José Mota?.
De nuevo, este año tenemos unas nominaciones un tanto injustas en algunos apartados además, claro está, de sonados desplantes o ninguneos que huelen a puritanismo barato. Y es que manda narices que una cinta de la calidad de “Secuestrados” (Miguel Ángel Vivas, 2011) no esté ni siquiera nominada a mejor dirección novel (como si hacer una peli en doce planos secuencia de quince minutos cada uno fuera cosa de cada día), o que el brillante trabajo tras las cámaras de Montxo Armendáriz en “No tengas miedo” pase inadvertido para la Academia. Otras dolorosas ausencias en las nominaciones que definen a la perfección a unos premios de lo más chusquero son esa maravilla llamada “La mitad de Óscar“, la notable “Cinco metros cuadrados” (el olvido de Fernando Tejero como mejor actor suena a chiste) o el malsano film de Jaume Balagueró “Mientras duermes” (en este caso, se echa en falta un mayor número de nominaciones como en la categoría a mejor fotografía (Pablo Rosso)). Aunque bueno, ya sabemos que con el cine de terror y suspense la Academia nunca ha sido generosa. Tampoco tiene mucha lógica que hayan dejado fuera a “Chico y Rita” de la candidatura a mejor película de animación, cuando a los oscar sí lo está.
En contraposición, ha habido otros films de lo más normalito que han sido multinominados no sé si por cuestiones amiguiles o por temas promocionales. Es el caso de “La voz dormida“, un film repleto de clichés y emocionalmente manipulador, “Eva“, un producto interesante pero fallido (merecidísima nominación para Lluis Homar y a los FX, no en cambio para un simplemente correcto Daniel Brühl) y “Blackthorn“, un western estimable al que agradecer el esfuerzo artesanal de Mateo Gil pero algo ahogado por el homenaje.
De entre las nominadas, me quedo con la genial “No habrá paz para los malvados” (Urbizu debe ganar a mejor director) seguida de “La piel que habito” de Almodóvar, las dos mejores películas del cuarteto pero de largo. Y en cuanto a las actuaciones, sin duda apuesto por un sublime José Coronado como Santos Trinidad en “No habrá paz para los malvados“, Lluis Homar (“Eva“) como mejor secundario, Elena Anaya (“La piel que habito“) a mejor interpretación femenina, José Mota (“La chispa de la vida“) como mejor actor revelación, Ana Wagener mejor actriz de reparto por “La voz dormida” y María León como actriz revelación (“La voz dormida“).
Esta noche indigestión asegurada. Quien avisa no es traidor.