Directores | In Memoriam

Fallece Arthur Penn

Arthur Penn trajo la sensibilidad de los filmes más artísticos europeos a la cultura americana” (Paul Schrader)

Hace apenas dos días falleció Arthur Penn, uno de esos directores que -a pesar de no ser tremendamente conocido por las nuevas generaciones siendo menos popular que no menos importante que algunos de sus colegas de generación-, fue uno de los responsables de modernizar el cine americano y de agitar Hollywood quebrantando tabús y normas. Uno de los grandes, un cineasta esencial sin lugar a dudas. Penn usaba sabiamente la violencia (dando pie a otros cineastas como Peckinpah y su imprescindible “Grupo salvaje“) y el sexo, lo primero de forma tan explícita como artística, lo segundo sin los tapujos que había caracterizado al cine yanqui en este sentido hasta ese momento. Su cine rebosaba crudeza, rebeldía, frescura y talento. Retratos psicológicos, historias sobre la fatalidad, amores imposibles, miserias humanas u opresión e hipocresía del pueblo eran constantes en el cine de Penn.

Miembro de la llamada “generación de la televisión” junto con Sidney Lumet o John Frankenheimer (quién curiosamente acabó la excelente película bélica “El tren“), fue capaz de regalar westerns tan atípicos como líricos (la desmitificación de Billy el niño en “El zurdo” o esa obra maestra olvidada profundamente humanista llamada “Pequeño gran hombre“, con Dustin Hoffman), dramas honestos y sobrios sin lugar al sentimentalismo barato (la sensacional “El milagro de Ana Sullivan” con unas inolvidables Patty Duke y Anne Bancroft en sus papeles de niña ciega sordomuda y de profesora respectivamente, o la kazanianaGeorgia“) o cine negro violento y crudo (la mutilada por la productora “La jauría humana“, la rompedora y film clave de su generación “Bonnie & Clyde” que mitificaba a una pareja de asesinos, “La noche se mueve” o “Acosado“).

Podríamos decir que Arthur Penn estuvo en el sitio correcto en el momento correcto y optó por romper con todo lo establecido, ganando el pulso a la industria y ofreciendo un cine moderno, rompedor y vibrante que fue continuado por otros congéneres como Nichols, Hopper, Malick, Peckinpah o Lumet. Un realizador ante todo valiente y clave para el cambio que necesitaba el cine norteamericano de finales de los 60.

Descanse en paz, maestro!.

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Xavi Darko

Hastiado de los klingons y trolls que proliferaban en mi escuela secundaria, acabé mudándome a Tatooine, un lugar libre de trekkies en donde a pesar de los cansinos Tusken, abundaba el buen tiempo, el mercadeo y las carreras de vainas. La paz y la tranquilidad reinaban hasta que un buen día quedaron quebrantadas por la irrupción de un tipo peculiar cuyo perfil se ajustaba al de los tifosi radicales del AC Milan. Se hacía llamar Darth Maul y entre hostia y hostia me rebeló que era mi padre. Como buen desertor sith, decidí migrar a un planeta verde y fértil llamado Endor del cual fui posteriormente desterrado debido al incendio masivo de cabañas de unos cada día más insoportables ewoks. Sin ganas de más mamoneo intergaláctico, decidí volver al mundo real y escribir sobre cine, tanto del que adoro como del que aborrezco. Cuando me jubile espero vivir en Hill Valley y escribir críticas positivas de las cintas de Uwe Boll.

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