Baby (Ansel Elgort), un joven y talentoso conductor especializado en fugas, depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cuando conoce a la chica de sus sueños (Lily James), Baby ve una oportunidad de abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de ser forzado a trabajar para un jefe de una banda criminal (Kevin Spacey), deberá dar la cara cuando un golpe malogrado amenaza su vida, su amor y su libertad.
Montaje y selección musical excelente pero trama irregular y final algo precipitado. El enfoque que hace Wright de un problema de salud tan complejo y duro como el tinnitus (acúfenos) hay que tomárselo de forma muy surrealista. Totalmente alejado de la realidad. Básicamente porque lo último que tiene que hacer un afectado por tinnitus es ponerse cascos a todo volumen. También me ha gustado el uso narrativo que hace Wright de la música (diegética). Me recuerda al visto en otros títulos como “Sound of noise”.
Os dejo con la magnífica escena inicial de “Baby Driver” desde el atraco hasta la finalización de los títulos de crédito (éstos filmados en dos planos secuencia). Una de las más genuinamente cool del año. Canela en rama señores.