Aunque considere a “Crash” (2004) como uno de los máximos exponentes del fatalismo invosímil prevaleciendo en la mayoría del metraje la trampa y la manipulación emocional al cine astuto y verdadero, sí rescataría dos escenas que gracias a su potentísima (y conseguida) fuerza emocional consiguen no solo estremecerme sino rendirme ante ellas. Dos escenas que claramente están muy por encima del resto del film.
Dichas dos escenas serían aquella en donde Daniel (Michael Peña) le cuenta a su hija la historia de una capa mágica y la del accidente de tráfico entre Matt Dillon y Thandie Newton. Ésta última es justamente la que me parece más detacable y la que os adjunto a continuación.
En la escena podemos ver como John (Matt Dillon), un polícia corrupto que anteriormente había abusado de Christine (Thandie Newton), se reencuentra con ésta en una situación límite. Debe salvar a la mujer que hace apenas días fue su víctima. Escena portentosa (eso si, la explosión final sobraba mucho), con un control del ritmo genial y un face-to-face entre Dillon y Newton inolvidable. La redención del perfecto polícia corrupto. Las segundas oportunidades que en ocasiones brinda el azar.
Si, supongo que este tipo de películas tienes que aceptar un poco las trampas argumentales, para poder creertelas. Muy buena la escena elegida y la del disparo a la hija de Daniel me pareció tremenda, aunque con ese fatalismo, en este caso positivo.
A mi es una película que me parece tremendamente sobrevalorada, no sólo por el falso efectismo de sus escenas y como bien dices por las trampas argumentales, si no por la banalidad de muchos de sus diálogos que pretenden disfrazar la simplicidad de grandilocuencia…
Si, ojo, que a mi Crash como película no me gusta, pero reconozco que esta escena está muy por encima del resto. Como digo más arriba, uno de los máximos exponentes del fatalismo inverosímil seguida de cerca por “Babel” o “21 Gramos”.
Saludos