Nueva York, 1979. Shane O’Shea, un joven que lleva una vida monótona y anodina, sueña con poder entrar una noche en la discoteca Studio 54 de Manhattan. Se trata de un local muy exclusivo, donde sólo admiten a famosos. Una noche, el propietario del negocio, ve a Shane en la cola y ordena al portero que lo deje entrar. A continuación, le ofrece un trabajo en el local. Allí, se iniciará Shane en el mundo de las drogas, el sexo y la música disco. Como otros muchos jóvenes aspira a codearse con la gente del mundo del espectáculo, con la esperanza de poder hacer realidad sus sueños.
Os dejo con 48 capturas en calidad 1080p del film de Mark Christopher “54“. El Blu-Ray editado por Emon presenta una imagen mediocre, de baja calidad (por momentos parece un dvd reescalado), poca definición y repleta de manchas, rallas y otros desperfectos. De hecho, parte del mismo máster que la edición que sacó Lauren Films en dvd (en USA Miramax/ Buenavista). La cosa pide a gritos una remasterización, otra cosa es si sale a cuenta, pues el film tampoco es que tenga cantidades industriales de fans. El sonido es decente aunque nada espectacular (ni en la VO). En cuanto a los extras, poca cosa (trailers, spots y videoclip), en 4:3 y con una calidad deplorable, como viene siendo costumbre en los Blu-Rays de Emon de cintas de Miramax de los 90.
Hastiado de los klingons y trolls que proliferaban en mi escuela secundaria, acabé mudándome a Tatooine, un lugar libre de trekkies en donde a pesar de los cansinos Tusken, abundaba el buen tiempo, el mercadeo y las carreras de vainas. La paz y la tranquilidad reinaban hasta que un buen día quedaron quebrantadas por la irrupción de un tipo peculiar cuyo perfil se ajustaba al de los tifosi radicales del AC Milan. Se hacía llamar Darth Maul y entre hostia y hostia me rebeló que era mi padre. Como buen desertor sith, decidí migrar a un planeta verde y fértil llamado Endor del cual fui posteriormente desterrado debido al incendio masivo de cabañas de unos cada día más insoportables ewoks. Sin ganas de más mamoneo intergaláctico, decidí volver al mundo real y escribir sobre cine, tanto del que adoro como del que aborrezco. Cuando me jubile espero vivir en Hill Valley y escribir críticas positivas de las cintas de Uwe Boll.