Oskar, un tímido niño de doce años, que es acosado en el colegio por sus compañeros, se hace amigo de Eli, una misteriosa vecina de su edad, cuya llegada al barrio coincide con una serie de inexplicables muertes. A pesar de que Oskar sospecha que Eli es un vampiro, intenta que su amistad esté por encima de su miedo.
Os dejo con la ya mítica escena de la piscina (ojo para los que no hayan visto la película todavía puesto que es el desenlace) con esa magnífica catarsis final/venganza contra sus agresores. Especialmente reseñable resulta cómo Alfredson usa el sonido dejando el horror en off y otorgando así elegancia a la escena. Posiblemente estemos ante uno de los films clave dentro del género de terror moderno y un must see dentro del cine vampírico de corte romántico. Sólo dos años después de su estreno, “Déjame entrar” fue objeto de remake por parte de Matt Reeves con unos resultados verdaderamente notables.
Frío. Soledad. Bullying. Rubik. Deseo. Hambre. Morse. Ternura. Sangre. Dolor. Protección. Libertad. Amor incondicional. Espero que la disfrutéis.