Un meteorito gigante cae en la Tierra, cerca del pueblo de San Angelo. Un geólogo encuentra un fragmento y se lo lleva a su laboratorio para analizarlo. Poco después aparece petrificado y el laboratorio está lleno de rocas. En una carrera desesperada contra el tiempo y la naturaleza, otro geólogo que trabajaba con él debe descubrir el secreto que esconden estas rocas mortíferas llegadas del espacio antes de que cubran nuestro planeta y acaben con la humanidad.
Esta vez no encontraremos bestias de laboratorio mutantes, criaturas del espacio ridículas u otras amenazas atómicas. En esta ocasión el peligro llega en forma de roca con la capacidad de multiplicarse y crecer hasta proporciones titánicas. Escrito por Jack Arnold (Llegó del más allá, La mujer y el monstruo, Tarántula!, El increíble hombre menguante), “The monolith monsters” (Monstruos de piedra) es un clásico olvidado del cine de ciencia ficción y, por su originalidad, sus efectos especiales y su suntuosa banda sonora, una de las películas más respetadas por los fans del género.
Os dejo con 45 capturas ampliables en calidad 1080p de este pequeña joyita de la sci-fi de bajo presupuesto. En España fue editada en dvd por el sello L’Atelier 13 en digipack y con el mismo (y estupendo) máster que la edición estadounidense de Universal incluída dentro del pack The Classic Sci-Fi Ultimate Collection. En Blu-Ray sólo ha sido editada en Alemania hasta el momento.
Hastiado de los klingons y trolls que proliferaban en mi escuela secundaria, acabé mudándome a Tatooine, un lugar libre de trekkies en donde a pesar de los cansinos Tusken, abundaba el buen tiempo, el mercadeo y las carreras de vainas. La paz y la tranquilidad reinaban hasta que un buen día quedaron quebrantadas por la irrupción de un tipo peculiar cuyo perfil se ajustaba al de los tifosi radicales del AC Milan. Se hacía llamar Darth Maul y entre hostia y hostia me rebeló que era mi padre. Como buen desertor sith, decidí migrar a un planeta verde y fértil llamado Endor del cual fui posteriormente desterrado debido al incendio masivo de cabañas de unos cada día más insoportables ewoks. Sin ganas de más mamoneo intergaláctico, decidí volver al mundo real y escribir sobre cine, tanto del que adoro como del que aborrezco. Cuando me jubile espero vivir en Hill Valley y escribir críticas positivas de las cintas de Uwe Boll.