España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse a un feroz asesino.
Os dejo con 123 capturas en calidad 1080p (jpg) ampliables a formato png sin pérdida, en donde se puede comprobar la minuciosa composición de los planos (el gusto exquisito a la hora de capturar figuras y entornos) y el extraordinario trabajo fotográfico de Alex Catalán que refleja toda esa atmósfera malsana y fantasmal que envuelve a ese pequeño pueblo de la Andalucía profunda. Un thriller notable con cierto regusto político realizado con criterio y brío por Alberto Rodríguez -director que junto a Manuel Martín Cuenca, Miguel Ángel Vivas y Paco Cabezas entre otros, confecciona esa interesantísima nueva hornada de cineastas andaluces que recogen el testigo (en su apuesta por un cine diferente) de aquella generación vasca de los noventa que tantas alegrías nos dieron- con unas interpretaciones estupendas sobre todo del siempre reivindicable Javier Gutiérrez.
Aquellos que siguen afirmando que “La isla mínima” es una copia a la española de “True Detective” ya cansan y no tienen demasiados argumentos para sostener esa premisa. Primero decir que, sin desmerecer, la serie de la HBO juega en una liga bastante superior al film patrio y segundo, aunque poseen elementos en común, no veo tantas similitudes como para sospechar de plagio. El primer borrador del guión de “La isla mínima” data de 2004 y la película se rodó antes de que se estrenara el majestuoso serial detectivesco interpretado por Matthew McConaughey y Woody Harrelson. Así que las dudas quedan más que despejadas. Donde veo más parentescos (teniendo cada una su propio discurso, que quede claro) es con “Memories of murder” (2003) de Bong Joon-Ho.
La calidad audiovisual del Blu-Ray es simplemente extraordinaria y los contenidos adicionales resultan muy interesantes, sobre todo el audiocomentario (que junto al Maximum Movie Mode, sigue siendo el extra más valioso entre los aficionados). Espero que disfrutéis de las capturas que van desde esos primeros planos cenitales de marismas psicológicas a ese campo que divide metafóricamente a las dos Españas, al ritmo de su minimalista banda sonora compuesta por Julio de la Rosa.
Hastiado de los klingons y trolls que proliferaban en mi escuela secundaria, acabé mudándome a Tatooine, un lugar libre de trekkies en donde a pesar de los cansinos Tusken, abundaba el buen tiempo, el mercadeo y las carreras de vainas. La paz y la tranquilidad reinaban hasta que un buen día quedaron quebrantadas por la irrupción de un tipo peculiar cuyo perfil se ajustaba al de los tifosi radicales del AC Milan. Se hacía llamar Darth Maul y entre hostia y hostia me rebeló que era mi padre. Como buen desertor sith, decidí migrar a un planeta verde y fértil llamado Endor del cual fui posteriormente desterrado debido al incendio masivo de cabañas de unos cada día más insoportables ewoks. Sin ganas de más mamoneo intergaláctico, decidí volver al mundo real y escribir sobre cine, tanto del que adoro como del que aborrezco. Cuando me jubile espero vivir en Hill Valley y escribir críticas positivas de las cintas de Uwe Boll.