Drama | Escenas | Musical

Escenas HD: “La la land” (2016)

Mia (Emma Stone) es una de las muchas aspirantes a actriz que viven en Los Angeles en busca del sueño americano por alcanzar el estrellato. Se gana la vida como camarera mientras se presenta a numerosas pruebas de casting. Sebastian (Ryan Gosling) es un pianista que vive de las actuaciones de segunda que van saliendo, y su meta en la vida consiste en regentar su propio club donde rendir tributo al jazz más puro. Los destinos de Mia y Sebastian se cruzarán y la pareja descubrirá el amor, un vínculo que hará florecer y luego poner en jaque las aspiraciones de ambos. En una competición constante por buscar un hueco en el mundo del espectáculo, la pareja descubrirá que el equilibrio entre el amor y el arte puede ser el mayor obstáculo de todos.

El cine es emoción y espectáculo. Dejarse llevar por una experiencia inmersiva. No mirar el reloj durante dos horas. Indentificarse plenamente con lo que está ocurriendo en pantalla. Y “La la land” cumple de sobras con todo eso. Chazelle, el cual con tan sólo 31 años ya cuenta con dos joyas en su filmografía, nos devuelve la fe en el cine. En un cine que rebosa elegancia y majestuosidad formal (atención a la composición de los planos y a la exquisita y colorista fotografía de Linus Sandgren). Libertad cinematográfica (prevaleciendo el plano secuencia al corte), escenarios nunca acotados por el montaje, banda sonora espectacular que recordarás durante meses, sensación de continuidad, sentido del ritmo, elegancia, nostalgia, contagiosa positividad, coreografías bastante decentes, una pareja protagonista en absoluto estado de gracia y uno de los finales más geniales vistos en mucho tiempo. En el fondo es más un drama que un musical al uso, pero funciona a la perfección en ambos géneros. Una carta de amor al jazz. Una carta de amor al cine.

Os dejo con el final del film (en HD 1080p y VOSE), sin duda uno de los desenlaces más brillantes, valientes y emotivos que ha dado el cine en la última década. Disfruten.


Xavi Darko

Hastiado de los klingons y trolls que proliferaban en mi escuela secundaria, acabé mudándome a Tatooine, un lugar libre de trekkies en donde a pesar de los cansinos Tusken, abundaba el buen tiempo, el mercadeo y las carreras de vainas. La paz y la tranquilidad reinaban hasta que un buen día quedaron quebrantadas por la irrupción de un tipo peculiar cuyo perfil se ajustaba al de los tifosi radicales del AC Milan. Se hacía llamar Darth Maul y entre hostia y hostia me rebeló que era mi padre. Como buen desertor sith, decidí migrar a un planeta verde y fértil llamado Endor del cual fui posteriormente desterrado debido al incendio masivo de cabañas de unos cada día más insoportables ewoks. Sin ganas de más mamoneo intergaláctico, decidí volver al mundo real y escribir sobre cine, tanto del que adoro como del que aborrezco. Cuando me jubile espero vivir en Hill Valley y escribir críticas positivas de las cintas de Uwe Boll.

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